Gracias por tu artículo más reciente, el cual esclarece tus opiniones considerablemente. Es una declaración fuerte y me atrevería a decir que también elegante.
Antes de responder, permíteme abordar dos puntos menores que haces al revisar, primero, mis argumentos y el segundo a mi.
- Sobre la cuestión emocional, tú indicas que "si uno tiene un argumento, el multiplicar los ejemplos del problema en realidad no añade a la fuerza del argumento". Eso es un punto lógico y (me temo que) sugiere diferentes inversiones de las que tengo en este "debate". Mi punto de vista es que los números importan porque la gente es importante. Todos ellos importan [n. del t: la gente] y ellos son todo lo que importa. Si los Nazis hubiesen asesinado tan solo a un judío, no estaríamos teniendo esta conversación (probablemente deberíamos, pero no lo estaríamos haciendo). Ellos asesinaron a 6 millones de personas. Cada una es un ejemplo, y los múltiples ejemplos importan, sean condenados los lógicos (podría uno añadir).
- Tú sospechas que abandoné la fe porque intelectualizaba mi entendimiento de esta. Me temo que eso no es correcto. Yo estaba totalmente en contra de entender la fe Cristiana como alguna clase de asentimiento a declaraciones proposicionales - Prediqué (algunas veces literalmente) en contra de esta perspectiva frecuentemente, por años. Mi fe era una relación con Cristo, y a través de Él con Dios. Muchas personas han intentado de psicoanalizar mi camino; la mayoría del tiempo se equivocan. Puedo ver por qué lo intentan, sin embargo. Si me fui por buenas razones, ¡ellos también pueden quedar frente el vacío!
Dejando estos puntos a un lado, tengo dos respuestas a tu segundo artículo.
En primer lugar, en tu declaración resumida de la perspectiva "bíblica" del sufrimiento (que es lo que supongo que era tu declaración - pero ¿quiźa estaba equivocado sobre ello?), virtualmente pasas por alto todo lo que dice la Biblia acerca del tema. Esto me da una pausa.
Yo se (presonalmente) que tú sabes lo que la Biblia dice acerca del tema. Pero déjame resumirte algunos puntos para llevar la pregunta hasta el final. (El resumen es por el bien del debate - ¡no para ti!)
La respuesta más prominente en las Escrituras está dada por los profetas: la causa por la que las personas sufren es debido a que han pecado y Dios les está castigando por ello. ¿Es esta una perspectiva que tú, como teólogo bíblico (o alguien más) querría apoyar?. Tomemos el libro de Amós, quien es característico, a este respecto, de todo el corpus profético. Debido a que Israel es el pueblo escogido de Dios (3:2), "por eso les pediré cuentas de todos sus pecados". Y en realidad los castiga. Él les trae hambruna (4:6), sequía (4:7-8), malas cosechas (4:9); Él literalmente dice: "maté a espada a sus jóvenes" (4:10) como hizo con el pueblo de Sodoma y Gomorra (4:11). No es que estos son eventos aislados, para Amós o para el resto de la Biblia. Esta es, durante gran parte de la Biblia, ¡la forma como Dios trata con su pueblo! "¿sucede una desgracia en la ciudad que no la mande el Señor?" (3:6)
Yo quisiera que Amós fuera un caso aislado, pero no lo es. Este es el mensaje a través de los profetas: Dios hiere, atormenta, y mata a la gente para conseguir que se arrepientan. Asombrosamente, esta perspectiva no está limitada a los profetas. En Génesis el mundo entero estaba tan depravado que Dios los ahogó a todos. Cada uno de ellos. Cada hombre, mujer y niño en el planeta. Ahogados por el mismo Dios. Incluyendo niños de 4 años y niñas infantes (perdón por los múltiples ejemplos...) ¿Qué tenían que ver estos niños con la depravación?
Dios también ha hecho que su pueblo escogido mutile y asesine a otros para sus propósitos. ¿Por qué sufrió el pueblo de Jericó? Porque sucede que vivían en Jericó, el lugar equivocado, en el momento equivocado. Cuando Dios le dio a su pueblo la Tierra Prometida, él les instruyó explícitamente a tomar la ciudad asesinando a cada hombre, mujer, y niño (¡y animales!) en la ciudad. ¿Es este un Dios en quien podemos creer, uno que ordena el asesinato? O es en este caso excepcional, después de todo, que todas esas personas probablemente estaban depravadas y era necesario eliminarlas?
Por supuesto, este punto de vista del sufrimiento como castigo, es tan solo una respuesta bíblica (aunque es el dominante). Pero nadie debería pensar que está limitada al Antiguo Testamento, como es claro en el libro de Apocalipsis. El lago de fuego está prendido y esperando. Eso será sufrimiento in extremis, por toda la eternidad, para cualquiera que no esté del lado del Cordero. Esos musulmanes, Judíos, Budistas - aún esos agnósticos felices - van a sufrir al final, en gran manera.
Creo que puedo entender por qué escogiste no hablar sobre tales pasajes - aunque tratan directamente con precisión la pregunta de lo que dice la Biblia sobre el sufrimiento. O con otros pasajes, tales como la prosa narrativa en el principio y el final de Job, donde Dios permite que la vida de Job sea despedazada para probar el argumento de Satanás - permitir incluso que asesine a los hijos de Job para ver si este maldice a Dios. Al final, Dios compensa a Job al restaurar toda su salud - y otorgándole hijos adicionales. Dudo si exista algún versículo más ofensivo en la Biblia - Dios dándole a Job diez hijos más para reemplazar los que perdió. Como si pudiéramos reemplazar seis millones de judíos del Holocausto naciendo seis millones más en la próxima generación. Algunas veces te preguntas en qué estaban pensando los autores de la Biblia.
También está la poesía de Job, donde la respuesta al sufrimiento parece ser que no tiene respuesta, que Dios es Todopoderoso y no tiene responsabilidades a nosotros sus peones, y si nos atrevemos a preguntar por qué, aunque inocentes, sufrimos, somos capaces, como Job, de ser aplastados en la tierra por la presencia de Dios Todopoderoso, forzados a "arrepentirnos en polvo y ceniza" aun por hacer tal pregunta.
Y esta la respuesta de Eclesiastés (aquella con la que resueno personalmente), que la vida es corta, que por lo general no hay justicia, que las cosas van mal con frecuencia, que no hay vida después de esta en la que todo se arreglará. Creo que Eclesiastés ha dado en el clavo, pero parece estar reñida con tu perspectiva.
Pero también está la respuesta de Apocalipsis, aquella que (en su versión cristiana, no la judía) tú mantienes. Más de eso en un momento. Por ahora, solo quiero hacer una pregunta sencilla. ¿si te ves a ti mismo como teólogo bíblico, y tomas la Biblia - la Biblia entera, no solo las partes que te agradan - seriamente, cómo puedes dejar afuera de la ecuación la mayor parte de lo que dice en realidad la Biblia sobre este tema? ¿Es porque tú piensas que existen partes de la Biblia que no son aplicables? ¿Es debido a que estás trabajando -como solíamos decir hace veinte años - con un "canon dentro del canon"? ¿O tú piensas honestamente que estás permitiendo que estas otras voces se escuchen en tu declaración resumida de la perspectiva "bíblica" del sufrimiento?
El segundo problema que tengo con tu perspectiva es que al presentar una especie de vista general de lo que es el mensaje del evangelio (y Paulino), creas una visión sintetizadora que socava lo que cada autor en realidad tiene que decir. El punto de Marcos, por ejemplo, es radicalmente - no ligeramente - diferente del de Juan. No es simplemente que hay unas pocas historias aquí y allá que van contra la corriente; la visión de Marcana de Jesús, y de Dios y el Reino y todo lo que significa - para usar tus términos, que no son los de los Evangelios - "Dios manejando el mundo" no son decididamente la visión Joanina, y viceversa.
No soy un teólogo (puedes darle gracias a Dios), pero si lo fuera, pensaría que no es buena teología privar las voces de los autores bíblicos individuales o sus perspectivas individuales al sintetizarlas en un todo que no es como ninguna de ellas.
Por otra parte, diría que para un evangelio como el de Marcos, es verdad de el Reino de Dios viene (que, por cierto, ¡no es para nada lo mismo que decir que uno puede ver cómo Dios está manejando el mundo!), y que en cierto sentido se ha manifestado en el ministerio de Jesús. Pero la premisa entera de la venida del Reino (tanto en las enseñanzas del Jesús Histórico y Marcos)(aunque no en Juan) es que es un evento inminente. "Algunos de los que están aquí no probarán la muerte antes que vean al Reino de Dios viniendo con poder". Si le robamos al Reino su inminencia, de repente significa algo muy, muy diferente. Creo que este el punto más importante de nuestras perspectivas del apocalisticismo.
El Reino nunca llegó. Tú pareces pensar que algún día lo hará. Así lo ha hecho cada generación de Cristianos desde el primer día - muchos de ellos, como Mateo, Marcos y Lucas (¡y Pablo!), lo esperaron en los tiempos de sus vidas. Cada uno de ellos ha estado equivocado. Creo que esto no debe ser tomado a la ligera. La opinión de que el Reino ya está comenzando a manifestarse en la vida y ministerio de Jesús depende de su aparición en los (inminentes) días que vienen. Si desechamos la aparición real, cambia todo.
Pero dejemos a un lado la pregunta si es sensible pensar si el Reino va a venir alguna vez, de forma real. ¿Cómo uno lo ve manifiesto en Jesús? de hecho, no es simplemente en su "obediencia" (y sufrimiento), como indicas. Creo que estás leyendo los evangelios a través de los lentes de Pablo, en lugar de leer las narrativas de los evangelios mismos. Para los sinópticos, por ejemplo, el Reino se manifiesta en la vida y obra de Jesús: en el Reino no habrá enfermedad, ni demonios, ni muerte. Mientras tanto Jesús hace manifiesto este reino: sana al enfermo, expulsa demonios, y levanta muertos. No era un mensaje acerca de un poder vago de Dios irrumpiendo en algún periodo miles de años después. Era Dios irrumpiendo en el ahora (en anticipación de su inminente aparición en poder).
¿Y lo ha hecho? Aquí es donde diferimos en gran manera. En mi opinión no hay nada que sugiera que el Reino ha llegado, incluso de manera provisional, en la venida de Jesús, de la forma en que los propios evangelios lo señalan (que en su venida los enfermos serán sanados, los demonios expulsados y los muertos levantados). No hay menos enfermos, gente poseída por demonios, o muriendo ahora que antes de la aparición de Jesús (y su obediencia y muerte). No hay menos personas nacidas con horribles defectos de nacimiento. No hay menos leprosos, ciegos ni cojos. Las multitudes no están siendo alimentadas. Las tormentas no están siendo aquietadas (piensa en Katrina, por ejemplo)
Todo lo contrario, el mundo continua como nunca lo hizo. Los autores de Mateo, Marco y Lucas no esperaban esto (o Pablo). Ellos vieron el Reino llegando con el ministerio de Jesús, ellos observaron su muerte y resurrección como el principio del fin, y esperaban que el fin de los días llegara en su tiempo - cuando Dios derrotaría a las fuerzas del mal y establecería un reino en el que no habría más dolor, miseria o sufrimiento. Nuestra historia actual la contradice con expectativa: nuestro mundo de genocidios, SIDA, malaria, agua potable contaminada, lepra, defectos de nacimiento, huracanes, deslizamientos de tierra que matan a 30.000, terremotos en Pakistán que acaban con 50.000, tsunamis en la India que matan unos 300.000, y así sucesivamente.
Todo lo contrario, el mundo continua como nunca lo hizo. Los autores de Mateo, Marco y Lucas no esperaban esto (o Pablo). Ellos vieron el Reino llegando con el ministerio de Jesús, ellos observaron su muerte y resurrección como el principio del fin, y esperaban que el fin de los días llegara en su tiempo - cuando Dios derrotaría a las fuerzas del mal y establecería un reino en el que no habría más dolor, miseria o sufrimiento. Nuestra historia actual la contradice con expectativa: nuestro mundo de genocidios, SIDA, malaria, agua potable contaminada, lepra, defectos de nacimiento, huracanes, deslizamientos de tierra que matan a 30.000, terremotos en Pakistán que acaban con 50.000, tsunamis en la India que matan unos 300.000, y así sucesivamente.
Quisiera que Jesús hubiera traído el Reino. Pero la raza humana lucha en su camino no tan dichoso, con este mundo de dolor, miseria y sufrimiento - a pesar de la esperanza basada en la Biblia- sin fin.
Lo que yo veo como extremadamente valioso en tu perspectiva es el énfasis en la necesidad de imitar a Jesús en una vida de obediencia. Si los cristianos fueran realmente obedientes a lo que ellos ven como la voluntad de Dios - por ejemplo en "los dos grandes mandamientos" - el mundo sería un mejor lugar. Pero no sería aún el Reino.
Se que esta nota suena crítica en ocasiones, pero he querido expresar mi opinión de manera clara. Permíteme concluir en de forma conciliadora, y preguntarte si estás de acuerdo conmigo en cuatro de los reclamos principales de mi libro el problema de Dios:
- Existen de hecho muchas y variadas respuestas en la Biblia a la pregunta del sufrimiento, ninguna respuesta general común a todos los autores de la Biblia.
- Algunas de estas respuestas se contradicen la una con la otra.
- Algunas de estas perspectivas bíblicas (que Dios manda hambrunas, ahoga, y asesina a la gente que desaprueba, por ejemplo) no son respuestas satisfactorias al por qué del sufrimiento en nuestro mundo.
- Aún si no podemos, al final, conocer las razones del sufrimiento, podemos al menos tener respuestas apropiadas para este. Nosotros mismos alimentamos a los hambrientos, refugiar a los sin techo, vestir a los desnudos; podemos trabajar los problemas de pobreza, podemos dar dinero a las agencias que buscan la cura para el caner y el Sida; podemos ofrecernos como voluntarios localmente; podemos donar más a los esfuerzos internacionales de socorro. Podemos, de hecho, cumplir las demandas urgentes implícitas en el registro de Mateo del juicio entre las ovejas y las cabras, de "como han hecho con estos pequeñitos, mis hermanos y hermanas, lo han hecho conmigo"
powered by Disqus