"La Iglesia permanecía muda, cuando tenía que haber gritado... La Iglesia reconoce haber sido testigo del abuso de la violencia brutal, del sufrimiento físico y psíquico de un sinfín de inocentes, de la opresión, el odio y el homicidio, sin haber alzado su voz por ellos, sin haber encontrado los medios de acudir en su ayuda. Es culpable de las vidas de los hermanos más débiles e indefensos de Jesucristo"

A mi humilde criterio, el silencio y la espectación a los que alude Bonhoefer son consistentes con la esencia del Cristianismo. Dar la otra mejilla, perdonar setenta veces siete, esperar en el juicio divino, bienaventurados los pobres... son algunas de las enseñanzas que fueron forjando una religión de pusilánimes. Perdóname si resulta agresivo el calificativo, pero no veo mejor explicación. Celebro el revisionismo de la teología clásica que haces desde este lugar.
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